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28 de Ago de 2023

“La Perla, a propósito del campo” la película de Pablo Baur en la FCC

 Se trata de la tercera entrega del flamante cineclub de la Facultad. Se proyectará el próximo 1 de septiembre a las 19.00 en el Aula 7, con entrada libre y gratuita.

¿Se puede representar un campo de concentración? ¿Se puede construir un film sobre los restos del horror? Un ensayo conceptual, emocional y de ruptura con el discurso hegemónico. Una nueva mirada sobre lo ya visto. Panorámicas en 180º, sonidos extra diegéticos impregnan los restos de La Perla. Lo importante no es buscar la verdad, sino sentir a través del lugar.

De esta forma, se define el Documental ideado por Pablo Baur -egresado de la Escuela de Ciencias de la Comunicación y docente del Posgrado en Documentales- que fue estrenado en 2016.

Pablo Baur, una luz necesaria. Por María Paulinelli

Quiero nombrarte, Pablo. Hablar de vos. De cómo eras. De cómo te recuerdo… De cómo permaneces, aquí…
Y, entonces, busco una palabra que logre condensarte, que logre explicarte, que tenga la potencia de mostrarte…
Y, en esa búsqueda, en ese deambular se me ocurre luz. La luz como significación, como metáfora, como imagen Una luz que resulta necesaria, imprescindible, inacabable. … por todo lo que hiciste, lo que quisiste hacer, lo que no hiciste. Porque de eso se trata, Pablo. Mirar cómo esa luz está para siempre entre nosotros. En esa presencia hecha de imágenes, acciones y palabras. Tu presencia. Y, entonces, nuevamente, escribo.


Desplazamientos
De la comunicación al cine. Del cine al documental. De referenciar el mundo a referenciar un mundo. De guionista, a asistente, a director, a productor. De la producción a la creación.
De la representación a la memoria. De la memoria individual a la memoria de un tiempo, de un país. Del conocimiento propio, individual a la posibilidad del conocimiento de los otros en la educación en sus distintas formas. De la imagen a la palabra como contundencia, como resquicio de espacios diferentes, en el trabajo permanente, cotidiano con la escritura. De la solidaridad de sentimientos a la solidaridad de propuestas para valorar, engrandecer esa actividad particular que es hacer cine. De la maravilla de sentir la vida –el amor, la paternidad, los amigos, los placeres, la naturaleza- a mejorar un poco el mundo donde muchos viven. Desplazamientos… varios.
Una formación desordenada, abigarrada, vital, por dentro y fuera de la Academia. Integrado y al margen del sistema, pero siempre con esa terquedad, esa certeza por la búsqueda y el compromiso. La Escuela de Ciencias de la Información le deja la impronta de la naciente democracia y la importancia de la comunicación como forma de transformación del hombre, su tiempo y sus espacios. La Universidad Autónoma de Barcelona, lo adentra en el cine. Una pasión irrefrenable. Pero lo centra también, en el documental como discurso. Se suma, entonces, al equipo académico del Master Documental Creativo, por unos años.
Regresa a la Argentina. Se integra a la productora ideas por Rosca. Mientras… estudia, filma, escribe, produce, proyecta, inventa, experimenta. Enseña, planifica, propone experiencias educativas diferentes. Participa en el colectivo de Cineastas de Córdoba. Continúa esa pasión por el cine… mientras vive, sueña, propone un mundo algo distinto.
Una luz incandescente.

Cálida, amistosa por momentos. También, interpeladora, irrespetuosa, irreverente. Pero siempre una luz. Entonces, ya, en ese otro tiempo… era necesaria. Hoy, lo sigue siendo. ¿Por qué? Quizás la respuesta está en las significaciones de sus desplazamientos. La versatilidad. El compromiso. Lo permanente y lo nuevo.
También, la respuesta estaría en la transformación que esos desplazamientos suponen: en sus producciones, en sus prácticas, en sus discursos, en sus ininterrumpidas búsquedas. Una respuesta a su tiempo y sus requerimientos.
Un deslizarse en las posibilidades que ese tiempo permitía, que ofrecía como estrategias adecuadas… también, necesarias. A partir de Pablo… algo cambia. Y es ese cambio lo que hace hoy, necesaria su luz.


La memoria del mundo
El documental es un tipo de discurso que se abre al mundo para tratar de referenciarlo, de mostrarlo. Por eso es que decimos la memoria del mundo para hablar de sus documentales. Pablo Baur, realiza varios. Como guionista, como productor, como realizador. Desde Ciudades sin fin en el 1991 continuando con Soltando redes, Los pasos de Antonio, El conserje, Sueñero, en las décadas siguientes, hasta La Perla a propósito del campo en 2016. Quedan proyectos como el documental sobre Menéndez, que continúa las dos líneas presentes en su producción: por un lado, el valor del espacio biográfico, de la persona individual, de la subjetividad desbordada. Por otro, el trabajo sobre la memoria como espacio de construcción de un mundo diferente. Sin embargo, a veces, resulta imposible separar estas dos líneas que se entrecruzan, se mezclan y se explayan en distintas posibilidades. A su vez, obsesivamente, trabaja estos discursos. Revisa, amplía, cambia, interfiere, corrige, agrega. Largos años, pasan entre la primera versión de La Perla, hasta la definitiva de 2016. Me pregunto: ¿Habría sido la última? Ese ensayo poético, alguna vez, ¿tendría una clausura?
Sus últimas obsesiones por el rostro de Menéndez, lo llevan a la profundización de los conceptos de la banalidad del mal, de la imposibilidad de la representación, del relato del espacio biográfico. ¿Llenarían de otras significaciones, ese Ensayo poético? Quizás, esa búsqueda continuaría en el mismo discurso. Quizás, otro enunciado permitiría una nueva enunciación. Pero siempre su terquedad en una búsqueda incansable
Hombre de su tiempo La contemporaneidad es el espacio cultural de Pablo. La carencia de normas, la inexistencia de géneros, forma parte de un entramado diferente al de la Modernidad. La búsqueda en ese vacío de la desaparición de reglas, de la negación de modelos consagrados, encuentra su respuesta. El discurso del documental se transforma: pasa de la referenciación de una mirada, a una representación de esa mirada para concretarse finalmente, en la creación de un mundo. Un discurso que deja la constatividad del reconocimiento de la existencia de algo o alguien, para transformarse en la performatividad de la creación. Un discurso performativo que se va haciendo desde la presencia zigzagueante del enunciador. De el mundo, llega a un mundo.
Para eso, es que transforma las modalidades del documental clásico que referenciaba. Descarta la objetividad- irresuelta, imposible de comprobar- de la mirada para enunciar desde la subjetividad victoriosa un discurso que resulta de la interacción de esa subjetividad con los signos enunciados. Documental subjetivo. Presencia irrefrenable de quien enuncia. Presencia visualizada en la imagen presente, en la voz que estalla, en la construcción de nuevos signos que no solo referencian, sino que van más allá: explican, metaforizan, presentan, crean.
Recupero imágenes de sus documentales. Las recuerdo y vienen en el Ensayo poético en que cuaja finalmente La Perla. También en las distintas estrategias de subjetivación: en su presencia filmada siguiendo al abuelo Antonio. También, cavando tras el inútil empeño de conservar y no restaurar en el espacio de El campo. En el rectángulo negro que metaforiza la desaparición y la muerte de Los pasos…. Y como estos, muchos más. Transgresiones a la acción de referenciar del documental clásico o tradicional. Presencia del enunciador visibilizada. Filmada. Enunciada.
Sus documentales relatan la propia experiencia de enunciación del discurso. Pero se vinculan, con la importancia de la subjetividad, como venimos señalando. De ahí, que sea necesario vincular con el concepto de valor biográfico para dar cuenta del orden narrativo y la orientación ética que impone el flujo indeterminado de la vida. Un flujo, que da sentido a quien enuncia, trasladándolo –a su vez- a quien recepta, a quien está mirando.
De ahí la relevancia de la ética en esa apelación a la comprensión de esa mirada que es totalmente nueva y diferente. Las modalidades propias del documental, se transforman. Diferente es la observación ahora. Obsesiva mostración de la cotidianidad en la elección de objetos que resumen el sentido. Objetos que sintetizan en su mostración y en su significación el mundo al que pertenecen y que ahora es el mundo de esta distinta referenciación o mejor dicho de la creación. Quizás, porque ya no es la mirada de la cámara que registra, sino que es la presencia del realizador la que organiza y confiere significación a los signos usados para mirar ese mundo. Mundo, que se va haciendo a medida que se mira.
Lo mismo ocurre con las otras modalidades. Una utilización distinta con estrategias que privilegian al enunciador pero que conducen a una ética del destinatario. La memoria del mundo entonces, desde una mirada contemporánea. Búsquedas. Experimentaciones. Transformaciones. Presencia de la subjetividad en los enunciados pero básicamente del enunciador de esa mirada. Una nueva modalidad del documental como discurso. Es su propuesta.
El hacedor de memorias
La memoria no es un determinado conjunto de recuerdos. La memoria es una determinada organización de signos, rastros, monumentos. Se constituye contra la ausencia, contra la precariedad de los hombres, contra el vacío del tiempo.
Los hombres, en los últimos años como un signo de época, se han ocupado de construir memorias. De diversas maneras. Con palabras, imágenes, delimitación de lugares, conmemoraciones. Han definido qué y cómo recordar en estos tiempos.
Pablo no escapa a esa especie de deber de memoria. Por eso, decimos, el hacedor de memorias. Los primeros intentos, ponen el énfasis en la singularidad de cada persona. Esa singularidad de seres intrascendentes, opacos, comunes, irrisorios. Y entonces, relata. Relata a partir de la memoria. Relata para construir, mantener una memoria. Los pasos de Antonio es el desplazamiento entre la simplicidad trágica de la vida cotidiana –la decrepitud física de su abuelo, la desaparición, su muerte- y su experiencia propia como hacedor de un relato de imágenes. Desde un presente, enuncia ese relato. Un presente extendido en el tiempo que muestra la construcción de esa memoria.
La Perla, Ensayo sobre el campo, es el traspaso a otra memoria. La memoria del horror. De la desaparición y la muerte, también. Ahora, la que nace del autoritarismo y el poder. Lo imposible, de nombrar. La inutilidad de querer representar. “Me siento abrumado”, diría sobre el tema. Y entonces, pasan muchos años y Pablo batalla una y otra vez, para superar esas imposibilidades. Recurre a la unicidad de las imágenes para representar, para mostrar, para presentar: la experiencia del ensayo poético. Imágenes que se suceden en el silencio de un tiempo real, es la modalidad que trabaja una y otra vez. Coloca epígrafes como rastros para entender los enunciados. Agrega imágenes que metaforizan discusiones relevantes sobre la diferencia entre conservar y restaurar. Ubica sombras con discursos para refrendar la imposibilidad de mostrar ese lugar.
Una experiencia inédita, diferente en la elaboración de relatos de memoria. Un esfuerzo para que no se olvide nunca, aquello que pudo suceder. Un hacedor de memorias desde el tiempo de la subjetividad pero sobre la tremendamente finitos que somos quienes habitamos este mundo.


Transparencias entre la educación y el cine

La politicidad del cine como discurso lo incita a dar respuestas. Su pasión inacabable por las imágenes y su representación, desplaza sus preocupaciones a otros espacios. La educación es uno de ellos. Los distintos niveles de enseñanza lo ocupan con diversas resoluciones. Instrumenta, previa planificación, la propuesta El cine va a la escuela para el nivel primario. Integra el visionado y producción de cortos. El objetivo se propone desde las premisas de Alain Bergala: el visionado de grandes directores para sensibilizar en torno a un cine que ´promueva la alteridad y el reconocimiento del otro. Nuevamente, la políticidad del cine para mejorar el mundo. Comprender las miradas diferentes para entender también al diferente.
Su último sueño es una sala de proyección en la Escuela Antártida Argentina. Que los chicos vean cine, es su deseo. Lo cumplen sus amigos.
Planifica y organiza, dicta e instrumenta conjuntamente con Federico Robles, el posgrado en Documental en la Escuela de Ciencias de la Información. Había sido el lugar de su primera experiencia como alumno universitario.
Se convierte en un espacio reconocido de investigación, estudio y producción. Nuclea a los estudiosos y creadores más relevantes de Córdoba. La Universidad Nacional de Córdoba, reconoce la importancia del posgrado. Enseñar. También, compartir experiencias. La educación como diálogo y construcción de conocimiento.
Decimos transparencias entre la educación y el cine… No solo el cine como posibilidad de entender el mundo, sino el cine también como forma de mejorarlo. De hacerlo más humano. Por eso, transparencias.


Una política de la mirada. Una política de la presencia
Decimos política ya no como el sustrato ideológico de determinada visión del mundo. Decimos política, ahora, como el espacio de producción imaginaria del hombre en los discursos. De Pablo en sus documentales. Una producción que remite a la proliferación, la multiplicidad del sentido, a la innegable historicidad de los conceptos de verdad, bien y belleza con la riqueza significativa que supone. La inagotable y necesaria posibilidad de representación y en consecuencia, también de interpretación: la capacidad de mostrar las grietas, las fracturas de la materialidad del mundo para tratar de atravesar las visiones ordenadas, conformistas y entrar en la inmaterialidad de la sospecha, lo incomprendido. Lo rechazado de nuestra finitud. Por eso, hablamos de la políticidad de los documentales de Pablo. Políticidad en cuanto transformación del discurso documental en esa subjetividad que emerge y se desplaza, contraviniendo esa referenciación originaria, trasvasada ahora en una subjetividad en la presencia del enunciador. Presencia que implica también una construcción e interpretación del mundo en esa contemporaneidad, con esos sujetos devenidos ahora subjetividades desbordadas. En esa negación del carácter mismo del documental como referenciación. En esa experimentación sobre las formas genéricas. En esa yuxtaposición de miradas. Pero sobre todo, en esa preocupación y amor por el discurso que se pronuncia que lo lleva a un ascetismo en la enunciación subordinando a una tenaz corrección y adecuación discursiva.
En esa responsabilidad que cede al espectador en una acción genuinamente política de completar las significaciones de los signos. En ina identificación casi amorosa en ese diálogo de todo discurso.
Y también, el accionar político como parte activa de una comunidad que puede mejorarse, que plantea interrogantes y necesita las respuestas. De ahí esas transparencias entre el cine y la educación, como hemos visto.
El sentido de producir cine y la urgencia de ser reconocido. Un grupo social como una identidad que necesita ser legitimado.

El colectivo de cineastas. Y allí está, Pablo

Te recuerdo, Pablo.                                                                                                            Están tus imágenes inalterables para siempre.                                                          También,  tu consistencia de luz enamorada, aún… del cine y de este mundo.